miércoles, 21 de agosto de 2013

Una hora de intensidad


El planteamiento del Atlético fue predecible porque no había otro mejor para encarar el partido. Simeone tiene infinidad de méritos, entre ellos, su capacidad para convencer a sus jugadores de hacer lo mismo una y otra vez, pues el Atlético encadena tres partidos jugándole al Barça de la misma manera, y solo tres milagros (bombazo de Adriano en el Camp Nou, autogol de Gabi en el Calderón y testarazo de Neymar hoy) le impiden presumir de resultados. Y tengan por seguro que jugarán la vuelta igual, y los dos partidos de Liga, lo mismo, manteniendo la competitividad y la intensidad que los caracteriza.

La idea del Atlético fue embotellar al visitante, cerrar espacios, recuperar en zonas de gestación y contragolpear. Su repliegue alternó entre 4-4-2 (en un principio) y 4-5-1 (cuando el Barça superaba una línea trazada imaginariamente o incorporaba a Alba), con Costa emparejado con el lateral izquierdo y Villa, con Piqué.